Se cumplió la versión 48 del Festival de la Leyenda Vallenata en homenaje a la Dinastía López. La ciudadanía en general, gremios, la Policía Nacional, y otros entes representativos, consultados, evaluaron el magno evento, dándole un parte de normalidad.
Como siempre, quedan cosas por mejorar. Enfoque Vallenato muestra lo bueno, lo malo y lo feo de la última versión de la fiesta de acordeones más importante del mundo.
LO BUENO
- Por primera vez en su historia, el festival vallenato le tributa homenaje no a una persona individual, sino a un grupo de personas, unidas por parentesco directo de consanguinidad, erigido en dinastía por el papel preponderante desempeñado, generación tras generación, en el folclor vallenato. En esta ocasión el honor le correspondió, con merecidísimas razones, a una de las más importantes dinastías del vallenato: Los López.
- También, por primera vez, se descentralizó una de las competencias, la de acordeón aficionado, este año realizada en el municipio de La Paz, tierra de los homenajeados, lo cual fue un gran acierto. Este hecho le dio dinámica a las competencias y logró acercar a los visitantes al municipio de nacimiento de los homenajeados, conociendo un poco más su historia.
- Los artistas internacionales y la inclusión de los artistas vallenatos del momento en la plana de cada día. Se cumplió con la hora de inicio de las competencias finales, lo que permitió disfrutar de los espectáculos a horas adecuadas.
- Organización absoluta del desfile de piloneras. Este año se cercaron los tres kilómetros de recorrido y eso impidió la invasión del lugar donde se encontraban los grupos de bailarines. Quizás la única inconsistencia fue la hora de salida. Por la cantidad de grupos, se debió salir más temprano para que todos alcanzaran a cumplir con el recorrido.
- Cero homicidios, y disminución de riñas en un 75%. Según el comandante de la Policía Nacional, Coronel Jorge Urquijo, las lesiones personales también disminuyeron un 78%. Tampoco se presentó mortalidad por accidentes de tránsito. Los hurtos a comercio y personas se redujeron en un 50%.
- Incremento de 115% por ciento en los vuelos con destino a Valledupar. La llegada de más de 100 mil personas y 67 mil vehículos, lo que generó un aumento del 38% en el ingreso de transporte público a la ciudad por las tres entradas del Departamento.
- La variedad en la oferta de espectáculos musicales. Durante los principales días de festival, los propios y visitantes tuvieron la posibilidad de asistir a espectáculo musical de acuerdo a su presupuesto e interés. Esto demuestra, una vez más, que el festival vallenato es una fiesta incluyente; cualquiera puede disfrutar a su antojo.
- Las competencias se realizaron en completa normalidad. Aunque en materia de competencia no suele haber unanimidad, en esta versión casi la hubo en torno a los ganadores a juzgar por la opinión de expertos, conocedores y público en general. El fallo más controversial fue la elección del Rey Juvenil, a quien muchos no lo vieron ganador.
LO FEO
- El incremento desbordado de los precios y tarifas de los servicios ofertados. Los más escandalosos las carreras de taxi. Los usuarios denunciaron por varios medios de comunicación el abuso al que fueron sometidos, cobrándoseles hasta 20 mil pesos por carreras, sobre todo en horas nocturnas después de los espectáculos musicales.
- Igual inquietud se presentó con las tarifas de hoteles y demás entes comerciales; y qué decir de las tarifas del transporte aéreo, por las nubes. En el Parque de la Leyenda Vallenata, v.gr., los costos se incrementaron hasta en un 500%, pese a que muchos de los servicios prestados, baños p.ej., dejaron mucho que desear
LO MALO
- La ausencia del señor Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, hecho muy inusual tratándose de las fiestas folclóricas más populares de Colombia. La suspicacia ciudadana se lo atribuyó al temor de ser abucheado, más aún cuando se presenció la rechifla generalizada para el alcalde de Valledupar, Freddy Socarras Reales.
- La movilidad, sin duda el más grande bache del festival vallenato. La ciudad se vio colapsada en sus principales avenida; los trayectos eran interminables, sobre todo a los lugares donde se realizaron los espectáculos musicales.
- Algunos asistentes a los conciertos ofrecidos en el parque de la Leyenda Vallenata mostraron inconformidad por la relación costo boletas – servicio.
- A muchos les tocó quedar de pie en zonas como Platino y VIP y sin poder circular. Estas dos zonas fueron ocupadas en su mayoría por invitados especiales que poseían acreditación.
Nada en la faz de la tierra es perfecto. En síntesis, pese a los baches anotados ha de concluirse que la versión 48 del Festival Vallenato fue un rotundo éxito. Podrá ser mejor de superarse los lunares anotados. Y otros que seguramente se nos escaparon.
Hasta el próximo año.