Los afrodisiacos: verdades y mentiras

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Desde tiempos remotos, la humanidad se ha interesado por el buen sexo y ha probado infinidad de alimentos y sustancias que le hagan aumentar el rendimiento bajo las sábanas. Muchos fueron mitificados y se les atribuyeron cualidades mágicas que la ciencia ha ido borrando con la modernidad.

En una investigación hecha por los doctores Elizabeth West y Michael Krychman, publicada en la revista Sexual Medicine Rewiews (octubre, 2015), en la que revisaron más de cincuenta artículos, no encontraron mayores evidencias de la utilidad o beneficio de los afrodisiacos sobre la respuesta sexual.

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Es más, encontraron que algunas sustancias con presuntos poderes sexuales como la yohimbina, mosca española, miel loca y el sapo Bufo, pueden causar efectos secundarios importantes y recomiendan evitarlos.

La FDA no reconoce a ninguna sustancia como potenciadora del deseo, la excitación o el orgasmo. De hecho, recomiendan a los usuarios que no se dejen meter gato por liebre ya que pueden alterar la salud o provocar males mayores que el que se quiere resolver.

A pesar del peso de la ciencia, hombres y mujeres – en honor a la verdad, más ellos que ellas – continúan buscando cremas, pastillas, comidas, bebidas, menjurjes y pócimas que les levanten las ganas que algún día quedaron estrelladas en el piso. Muestra fiel de ello son los señores que buscan en el carrito de la esquina un coctel de huevos de codorniz, kola granulada, ginseng y otros secretos gastronómicos, y aseguran que esa bebida les para hasta el copete.

¿A quién creerle? ¿Existen realmente los afrodisíacos?

La sexualidad es un revoltillo interesante de cuerpo, mente y corazón, de modo que las emociones, los sentimientos y los pensamientos influyen tremendamente en el desempeño sexual. Nosotros somos sexuados y podemos tener relaciones sexuales no sólo porque tenemos un pene o vagina, sino también porque somos dueños de un cerebro que nos apaga o nos enciende, a veces sin que seamos conscientes; en palabras rasas, el sexo nace arriba y no abajo del ombligo.

De ahí que, si alguien cree que comiendo ostras se le van a alborotar las hormonas, pues seguro sentirá ese hervor sexual y las cosas en la cama le van a funcionar. No es tan simple como parece, pero la sexualidad funciona así.

Claro que los médicos que estamos metidos en el tema sexual de la gente procuramos que nadie se deje engañar por falsas promesas. Si piensas comer caldo de huevas de toro, guiso de tortuga o almendras con chocolate para que aumenten tu libido o potencien al máximo tus erecciones, puede que resulte la receta, o puede que no sientas ni cosquillas en el piso de abajo.

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Todo lo anterior no quiere decir que no existan alimentos que tengan impacto en la fisiología cerebral e intervengan en la respuesta sexual. El chocolate es el ejemplo clásico de alimentos que contienen una sustancia – teobromina – que facilita la liberación de neurotransmisores como la serotonina o dopamina que aumentan la circulación sanguínea y elevan el estado de ánimo, estimulando el apetito sexual; en este grupo también están la guaraná y el mate.

Los mariscos siguen en el ranking porque contienen arginina, precursora del óxido nítrico, molécula que favorece el flujo de sangre responsable de la erección del hombre y la lubricación en la mujer

Otros alimentos que tienen forma de pene, testículos o vulva han sido bautizados como afrodisíacos, entre ellos los espárragos, los plátanos, las almejas, el pepino y las criadillas del toro, ternera o conejo.

Otros más son referenciados como potencializadores por tradición cultural y no se conoce el origen de sus poderes misteriosos: el borojó, chontaduro, el ají picante o el semen de los animales.

La verdad es que no se ha dicho la última palabra en la carta gastronómica del sexo. Una buena encamada se consigue con ingredientes no culinarios como la atracción sexual, un ambiente tranquilo y una buena dosis de pasión.

La creatividad y la imaginación son unos buenos aliados para elevar el placer al máximo y salir de la rutina, que es la principal enemiga del deseo; junto con el cuidado de la salud, claro está. Puedes comer cuerno de rinoceronte molido o viuda de pescado en toneladas, pero si no cuidas tu higiene personal o te descuidas en lo que al otro le apasiona, de nada te servirán.

En definitiva, todos los alimentos pueden producir una sensación de bienestar físico y mental y de esa manera contribuir a una vida sexual eficaz y placentera. Como aseguró el escritor cubano Italo Calvino: “En el amor, como en la gula, el placer es una cuestión de máxima precisión “.

Referencia bibliográfica: West E y M. Krychman Natural Afrodisiacos –Una revisión de potenciadores sexuales seleccionados. Sex Med Rev 2015; 3:279-288

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