Así como en su momento la mujer fue relegada en la política, con desigualdad de condiciones en el ámbito laboral, su derecho al voto llegó muchos años después que para los hombres; solo hasta el año 1945 logró el reconocimiento de derechos ciudadanos en igualdad con los hombres, hasta ha sido subestimada intelectualmente; en el vallenato, el panorama desigual no ha sido diferente.
“Si hay algo más machista que el folclor vallenato me quito el sombrero”, afirmó con énfasis Sandra Arregoces, artista vallenata, directiva de EVAFE, y defensora del talento vallenato femenino. Bastó con escuchar esta frase para entender la importancia de superar las barreras que ha tenido el género femenino para ocupar un lugar privilegiado en el folclor.
Muy seguramente la misma idiosincrasia de la región caribe, y hasta del país entero, en la que el hombre ordena y la mujer es primero madre, esposa y ama de casa, antes que cualquier otra cosa, ha sido un ingrediente para que la evolución de la mujer en el género haya sido lenta.
Tocar y cantar vallenato generalmente fue pensado para hombres. “La sociedad, así vieran que las mujeres tenían talento, no les daba espacio, no les daba tarima, no las planillaba dentro de los espectáculos. Al lado de un afiche junto con los hombres, ¡jamás!”, sostiene Sandra Arregoces.
Otros, como el folclorista Iván Gil Molina, tienen la percepción que la trascendencia artística de la mujer en el género no es tan positiva. “La vida musical de las mujeres ha sido fugaz, no pegan muy bien en el mundo vallenato, una que otra canción suena, pero luego muere”. Además, manifiesta que a nivel personal no le convence la figura femenina en este ámbito. “No sé si me acostumbré desde muy niño a escuchar a los hombres, es que la música vallenata tiene un talante bastante machista del trago, del enamoramiento, de la parranda”, sostuvo.
No obstante, a pesar de las dificultades y de percepciones como las de Gil Molina, que posiblemente son muchas, desde siempre la mujer ha estado aportándole al vallenato, algunas cantando, otras tocando un instrumento o componiendo, y otras, como lo hizo justamente una mujer trascendental en el vallenato, Consuelo Araujo Noguera, con la palabra, defendiendo y promoviendo el folclor en diferentes instancias.
Un recorrido en la historia
La presencia femenina en el vallenato podrá haber sido lenta e invisibilizada, pero no invisible. Aquí la participación de la mujer en los festivales vallenatos:

En 1968 Fabriciana Meriño vino del Molino, La Guajira, a participar en el primer Festival Vallenato de la historia. Se midió con grandes como Emiliano Zuleta Baquero, ‘Colacho’ Mendoza y Alejandro Durán. Ella, aunque poco la nombren y poco se conozca, marcó la historia al ser la primera mujer en hacer parte del festival. Ocupó el sexto lugar (de seis). Cuenta Iván Gil que fue eliminada al no subir a tarima luego de tres llamados por estar entregando entrevistas, pues llamó la atención que una mujer hiciera parte de una competencia pensada para hombres.
Ese mismo año, aunque no dentro de los concursos, llegó como invitada especial Rita Fernández Padilla con las Universitarias.
Luego aparece Carmen Ligia Guarnitar Martínez, en 1969. Fue la primera persona en inscribirse en el concurso de canción inédita, pero no contó con la suerte de llegar a sitios de honor.
Más adelante, en 1972, aparece Yeni Cabello Romero, ocupando el segundo lugar en la categoría infantil como acordeonera. También se recuerda a Madeleine Bolaño, nieta de Chico Bolaño, a Maribel Cortina Fonseca, la más persistente, pues ha participado en 7 versiones del festival, sin éxito al no lograr una corona.
La primera mujer acordeonera que se presentó a nivel profesional en el Festival Vallenato, en 1992, fue Graciela ‘Chela’ Ceballos, una de las fundadoras de la agrupación femenina ‘Las Musas del Vallenato’.

Yeimi Arrieta Ramos marca la historia, convirtiéndose en el 2007 en la primera reina vallenata en la categoría de acordeón infantil. Luego, Mélida Galvis también se llevó la corona en el 2012. La deuda está a nivel profesional, donde aún la mujer no ha podido coronarse en los 51 años del festival vallenato.
Respecto a la canción inédita, muchas mujeres han participado y cuatro se han llevado la corona. Hortencia Lanao de Roso, 1991; Antonia Daza, 1995; Martha Guerra, 2002 y Margarita Doria Carrascal, 2015. También, la guacharaca tiene su propia reina en el festival, la talentosa Victoria Suárez.
Además de los festivales vallenatos, en la música de espectáculo la mujer también se abrió espacio. Imposible no remembrar figuras como la de Patricia Teherán, la voz femenina más importante en la historia del vallenato; a Las Diosas del Vallenato, Las Musas del Vallenato, Las Chicas del Vallenato. También a Ludys de la Ossa, Estela Durán Escalona, Lucy Vidal, Carolina Celedón, Ana del Castillo, Diana Burco, Adriana Lucía, Karen Lizarazo, Brenda Arrieta, entre otras, mujeres persistentes que lucharon, y algunas luchan aún, por dejar huella en el género.
Primer festival vallenato de mujeres
Aunque fueron y son las musas principales de las canciones vallenatas, las mujeres, sobre todo las talentosas que se ejercitan en el folclor musical vallenato, sienten que necesitan su propio espacio protagónico para no ser opacadas por las destrezas del hombre.
Cuentan amantes del folclor que las mujeres en los concursos muchas veces se paraban como hombres, gesticulaban como hombres y hasta se ‘echaban la gorra para atrás’ para ver si así lograban captar la atención. Aun así, incontables veces las mujeres pasaron sin pena ni gloria por una tarima.
Ese espacio lo ocupa, desde el 2015, EVAFE, con su primera versión del Encuentro Vallenato Femenino. Su objetivo es cambiar la realidad machista al incentivar la participación de la mujer en la interpretación de la música tradicional vallenata a través de concursos exclusivamente entre mujeres, visibilizando su trabajo y fomentando la equidad de género e inclusión dentro del folclor, conservando la feminidad, pues una de las premisas de este evento es que no se trata de demostrar quién tiene más fuerza mientras se ejecuta el acordeón, sino la precisión y el pulso en la ejecución del instrumento.
EVAFE empezó a escribir una nueva historia del papel de la mujer en el vallenato; es un festival que ya tiene sus propias reinas, resultado de las tres versiones realizadas. En la categoría mayores se han coronado como reinas vallenatas: Leydi Salgado, Wendy Corzo y Nataly Patiño. En la categoría infantil, Saideth Gutiérrez, Alma Luz Araujo Castro e Isabel Sofía Picón. Además, lo implementan con el evento ‘Vallenato en tacones’, un recorrido por todo el país llevando a las mejores exponentes del género a demostrar sus destrezas.
Nataly Patiño, acordeonera, reina EVAFE 2018 y ganadora de otros 30 festivales, siente que el futuro es de ellas. “Las mujeres hemos evolucionado. No ha sido fácil, la música tiene mucho machismo, pero hoy tenemos un papel muy importante, hemos logrado muchas cosas. Como mujer me siento contenta, sé que vamos a llegar muy alto porque tenemos hasta mejores capacidades que los hombres para tocar y para todo”, expresó con toda certeza.
Las mujeres, con nueva categoría en el FLV
La constancia vence lo que la dicha no alcanza, reza el refrán popular. A fuerza de tenacidad, perseverancia, sacrificio, la mujer ha venido derribando muros que obstaculizaban el libre desarrollo de su personalidad. Ha sido una lucha titánica universal, librada en todos los campos: en lo político, económico, en lo sexual, en el hogar, y también en el folclor musical vallenato.
Es una conquista de la mujer, no una dádiva de la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata (FFLV), el que en la versión 52 del festival vallenato se instaurara una nueva categoría, exclusiva para mujeres, que coronará, año tras año, dos reinas vallenatas, una infantil y otra mayor, pero que las excluye de competir con hombres.
La próxima lucha es para abrir nuevamente las puertas del concurso Rey Profesional, quedándole a la mujer la opción de participar en el exclusivamente para mujer, o en este otro mixto, pues de lo contrario “la mujer nunca llegaría a portar una corona como la del Cocha Molina, Alvarito López, Hugo Carlos Granados, Colacho Mendoza, y la de otras decenas de personalidades que se han coronado como reyes profesionales, pues aquí solo habrá reinas infantiles y mayores, no reinas profesionales”, sostienen muchas mujeres que se sienten discriminadas.
Según los directivos de la FFLV, se trataba de resaltar el papel que la mujer ha tenido desde los inicios del festival. Respecto al porqué la tardanza en instituirlo, el presidente de la fundación, Rodolfo Molina Araujo, sostiene que se debe a que “anteriormente se inscribían una o dos participantes, máximo, nunca se había presentado una solicitud tan masiva como lo estamos viendo en estos últimos años. Ya era el momento de abrirle el espacio a la mujer para que se sintiera cómoda en una competencia”.
Para Efraín Quintero Molina, “es un aporte muy positivo, es un espacio en el que la mujer no tendrá que confrontarse con el hombre; mucha gente hablaba de la perdida de feminidad, de esa sutileza y de esa belleza que tiene la mujer en la ejecución del instrumento y en su canto. Las intérpretes vallenatas tratan de parecerse a los hombres, entonces qué bonito tener esa categoría donde la mujer ya no sienta esa presión de estar participando con el hombre”.
En síntesis, da gusto que hoy la mujer tenga un doble propósito en el género: seguir siendo la fuente de inspiración de canciones compuestas e interpretadas por los hombres y ser la propia protagonista de una historia llamada vallenato.