Impulsar a leer a nuestros hijos, en su tiempo libre o en casa, es un gran paso para promoverles el amor por la lectura y desarrollar los beneficios de la magia de leer.
Los niños, con una base bien desarrollada de habilidades lectoras, suelen convertirse en buenos lectores y aumentan su éxito futuro con esta habilidad.
Valledupar ha decidido empezar a trabajar para rescatar este valioso hábito; recientemente vivió una experiencia única, a través de una velada literaria en la histórica plaza Alfonso López.
Así mismo, dos vallenatos lanzaron sus compendios literarios, los cuales han venido trabajando con anticipación, pero hoy, gracias a su entusiasmo y disciplina, pudieron entregarle a los valduparenses un producto que le aporta un punto positivo a este escenario y a la sociedad.
Exitosa Jornada Literaria
Fueron más de 300 personas de la comunidad las que participaron de la velada ‘Valledupar Amanece Leyendo’, desarrollada en la Plaza Alfonso López y la tarima ‘Francisco El Hombre’, en donde esta vez los reyes fueron los libros.
El evento académico- cultural contó con una programación incluyente, la cual vinculó a escritores, poetas, estudiantes, actores, músicos y a la comunidad en general.
La prioridad la tuvieron los niños, los cuales, muy puntuales y felices por la oportunidad, participaron de las rondas literarias y despertar creativo estimulado por el contenido de los libros.
“Valledupar Amanece Leyendo es un ejercicio social y académico para que los niños, adolescentes jóvenes y adultos, tomemos conciencia de que Valledupar además de caja, guacharaca y acordeón, también es lectura, literatura, poesía y más”, afirmo el alcalde Augusto Daniel Ramírez Uhía.
Los invitados especiales, estudiantes y la ciudadanía en general, uno a uno su talento y amor por la literatura.
“Es importante, se comienza un ciclo que se estaba necesitando en la ciudad, hay que enseñarles a los niños que la lectura no es una imposición sino un placer; el error es que los colegios les dicen ‘tienen que leer tal libro…’ lo que hace la Alcaldía me parece extraordinario”, expresó Mary Daza Orozco.
El poeta y director de la secretaria de cultura, José Atuesta Mindiola, manifestó su satisfacción y gratitud a la comunidad vallenata por la aceptación y aportes al avance de la cultura valduparense.
La oportunidad de escoger la temática para participar en la histórica velada, permitió que los asistentes conocieran los escritos de más de 20 autores de la región, quienes fueron seleccionados por los lectores.
I Muestra bibliográfica de la vallenatia y sus autores
Escritores, poetas, músicos, historiadores, folcloristas y demás personalidades se dieron cita en la ‘Casa Beto Murgas, Museo del acordeón’, donde a través de una exposición bibliográfica se enalteció a los escritores cesarenses/guajiros, o foráneos que hayan escrito sobre la región. Fue un evento apoyado por el Ministerio de Cultura, Programa Nacional de Concertación Cultural.
El director de la casa museo Beto Murgas, la cual lleva su nombre de pila, afirmó que “el objetivo del evento es relanzar diferentes obras bibliográficas, para que las personas no olviden estos referentes literarios, además los entiendan y los investiguen, ya que las nuevas generaciones desconocen que existen estos libros que los pueden poner en contexto del aspecto geográfico, sociológico y dialéctico de nuestra cultura vallenata”.
El oferente del evento fue el Dr. Dickson Quiroz Torres, y contó con la participación de personajes como Carlos Rodolfo Ortega, Tomás Darío Gutiérrez, José Atuesta Mindiola, Celso Guerra, Luis Mendoza Sierra, entre otros. La muestra bibliográfica recopiló alrededor de doscientos libros, de autores vallenatos y otros de diferentes partes del país que también le han dedicado un espacio a la historia de la cultura vallenata.
Sapiencia Popular, disyuntiva entre cultura y derecho
Ciro Alfonso Quiroz Otero
Ciro Quiroz Otero siempre ha sido inquieto para investigar y conocer de primera mano las historias y los personajes de su tierra. En una bella crónica que escribió tiempo atrás, describe así la llegada del fotógrafo Nereo López a Valledupar a mediados del siglo pasado. Pero el libro es mucho más que un extenso ensayo sobre la música popular. Quiroz Otero aporta también una reflexión sobre la Colombia actual más allá de la coyuntura del conflicto y la reconciliación.
“El presente ensayo está inspirado en la observación de la coherencia entre lo que para algunos podría ser lo más insignificante y lo que se cree trascendental. Se sugiere averiguar cómo se llega al conocimiento del comportamiento humano cuando la razón incursiona en el saber para entender que parte del universo tangible nos pertenece, abordando aspectos tradicionales y tratando de comprender cuáles circunstancias nos implican a uno y a otros en el proceso de renovación constante que la sociedad exige en su dualidad (individual y colectiva)”. Ciro Quiroz Otero
En este libro, Quiroz nos lleva de la mano para mostrarnos, también, la historia de personajes que eran conocidos en el ámbito regional y hoy ya hacen parte del folclore nacional; personajes como Hernando Marín Lacouture y Jorge Villamil, narrados desde su sensibilidad social, y Emiliano Zuleta, cuya canción más famosa, ‘La Gota Fría’, justo hace parte del cuerpo histórico de esta obra.
Así como con la música del maestro del vallenato, el libro hace lo propio con muchas otras canciones, no ya vallenatas, sino también de otros géneros musicales de importancia en todo el mundo, tal cual sucede con el tango Cambalache, una de las canciones más grabadas a lo largo del mundo; con El Preso o con Pedro Navajas. En estos casos, el derecho penal pierde importancia y el protagonismo corre por cuenta del significado que cada canto específico juega en la sociedad actual. Quiroz se toma el trabajo de reconstruir estos cantos, en más de una ocasión palabra por palabra, verso por verso, hasta descubrir para el lector una narrativa novedosa. / Tomado del prólogo escrito por Alonso Sánchez Baute
Escritos I, Una recopilación de artículos y discursos
Jaime Calderón Bruges
Es una obra que presenta una recopilación de hechos y temas que en su momento tuvieron actualidad; algunos no han perdido vigencia, lo cual ha dependido de la generosidad del lector.
Su autor, Jaime Calderón Bruges – abogado de la Universidad del Rosario. Juez de la República. Conjuez del Tribunal Contencioso Administrativo. Gerente General de Almagrarlo. Director Nacional del ICCE. Asesor de Colombia Eficiente. Secretario General del Partido Conservador. Registrador Nacional, entre otros importantes cargos – afirma que toda esta trayectoria académica y profesional es el fruto de su formación: “todos estos contenidos los percibo como frutos de una formación cultural iniciada, por allá en 1954, en el claustro venerable del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario. En ellos creo que se percibe el influjo de erráticas lecturas iniciadas durante la primaria y el bachillerato y que han conservado ese rasgo en el transcurso de los años”.
Su obra es dedicada a Rosa Modesta Urbina Oñate, quien nació el 12 de enero de 1.900 en San Juan del Cesar y falleció el 28 de octubre de 1974 en Valledupar.
Los grandes de mi tierra
Alfredo Mestre Orozco
Su nobleza deja ver el amor, el afecto y la sabiduría que le ha regalado la lectura; en las dos casas donde pasa la mayor parte de su tiempo, (Valledupar y Pueblo Bello) tiene biblioteca, deja notar que a esta pasión le tiene su espacio exclusivo; Mestre Orozco cuenta que su gusto por la lectura es desde niño, aunque reconoce que su complacencia por leer la historia inició desde el bachillerato.
“Cuando estudiaba en Bogotá el bachillerato, me ponían a leer historia nacional y universal, pero yo quería aprender historia de mi tierra, no me conformaba con lo que me enseñaban en el colegio y empecé a buscar en las bibliotecas que existían para esa época en la capital (Biblioteca Nacional y Luis Ángel Arango); siendo muy poco lo que pude encontrar de la historia regional, decidí empezar a leer un libro del doctor Pedro Castro Trespalacios, el primer libro de genealogía que sacaban de la región, él se convirtió en mi mentor, aprendí mucho de Castro Trespalacios”.
Aunque Mestre Orozco tenía idea de muchas cosas de la región – desde niño vivía metido en la iglesia y había leído el archivo parroquial que existía desde 1718, donde estaban consignadas las partidas de bautismo, matrimonio y defunción de Valledupar y los pueblos circunvecinos – era tanta su afición que lo que le daban para su merienda no lo gastaba en helados sino en partidas de bautismo. “Yo tenía era un hobby, hasta los huevos que me robaba de la casa los vendía y los gastaba en sacar partidas de bautismo, matrimonio y defunción, hoy las conservo en mí archivo”.
Leyendo a su profesor Pedro Castro Trespalacios, encontró una cantidad de errores e inconsistencias, y teniendo en su poder las realidades de esas genealogías, decidió escribir para corregir los errores. Así nace su primer libro, ‘El padre Valentín’, basado en los documentos que reposan en su archivo; de esa compilación logró vender 2000 ejemplares. Fue tanta la acogida que decidió escribir otro libro.
Su segundo texto literario lo tituló Los Hijos de los Curas. “Fue un libro exitoso, sin lanzamiento logré vender también alrededor de 2000 ejemplares; fue tanto el éxito que decidí escribir un libro más completo, basándome en archivos parroquiales y archivos notariales, estudiando todos los documentos que pasaron por Valledupar desde 1827 hasta 1960… así nace ‘Los Grandes de Mi Tierra’, publicación de 1.000 páginas: “Yo no escribo para el presente, sino para el futuro. Mi objetivo es que en 100 o 200 años las personas tengan donde consultar”.
En estas mil páginas el autor busca explicar por qué somos grandes, y no precisamente por descender de príncipes y reyes: “Nosotros somos grandes por nuestra personalidad, la cual nos identifica como vallenatos a donde quiera llegamos.”
Por: Elisa Diazgranados Sanjuán
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